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La prevalencia de la ERC ha crecido un 30% en la última década en España, y el número de españoles que necesitan Tratamiento Renal Sustitutivo (diálisis o trasplante) para reemplazar la función de sus riñones alcanza ya las 64.666 personas
Numerosas ciudades de toda España se teñirán de rojo iluminando sus principales edificios públicos y monumentos para sumarse a la celebración del “Día Mundial del Riñón”, una iniciativa que se celebra a nivel internacional y que este año tendrá lugar el próximo 10 de marzo, con el fin de alertar y sensibilizar a la población y a las autoridades y administraciones públicas del crecimiento continuado de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) en los últimos años.
Se trata de una patología que a pesar de su elevada prevalencia e incidencia (las cifras no dejan de crecer) sigue siendo una gran desconocida para la gran mayoría de la opinión pública, y que requiere de un mayor esfuerzo de prevención y diagnóstico precoz para lograr frenar su crecimiento en España y el mundo.
De hecho, el Día Mundial del Riñón vuelve a celebrarse este año en un contexto de doble preocupación: por un lado, ante el crecimiento progresivo de la ERC, que continúa aumentando sin que se revierta la tendencia; por otro, ante el impacto negativo que la pandemia ha tenido no sólo en los pacientes renales, uno de los colectivos más vulnerables ante la COVID-19, sino también en el inicio de los tratamientos para sustituir la función de los riñones.
“A pesar de afectar a una parte cada vez más importante de la población (entre un 10-15% de la población adulta) y tener un gran impacto en la expectativa de supervivencia y calidad de vida de los pacientes, la ERC continúa siendo poco conocida para la mayoría de la sociedad. Es un grave problema de salud pública que sigue creciendo y que se conoce como la epidemia silenciosa porque su diagnóstico suele ser tardío, cuando la enfermedad ya se encuentra en fases avanzadas”, explica el Dr. Jesús Martín, Jefe de Servicio de Nefrología del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles.
Los datos sobre la evolución de la ERC en España reflejan la gravedad de esta situación, con una prevalencia que ha crecido un 30% en la última década, y con una tasa de personas en Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) -es decir, diálisis o trasplante- en nuestro país que se sitúa en 1.363 personas por millón de población (pmp). Por su parte, la incidencia se sitúa en 141 pmp, lo que supone que más de 6.700 personas iniciaron diálisis o trasplante en 2020, año en el que se produjo un ligero descenso en el número de personas que iniciaron TRS debido a la pandemia. En total, más de 64.600 personas con ERC en nuestro país necesitan un tratamiento que reemplace la función de sus riñones.
Este crecimiento de ERC se relaciona con factores de riesgo como la diabetes y la enfermedad cardiovascular (responsables del 50% de los casos), la obesidad, la hipertensión arterial o el tabaquismo, muchos de los cuales podrían prevenirse con la adopción de unos hábitos de vida saludables, que permitirían frenar su avance. A ello hay que sumarle que es una enfermedad que presenta síntomas poco reconocibles en sus estadios iniciales, y que cuenta con una tasa de infradiagnóstico que supera el 40%.
Además, la tasa de mortalidad ha crecido más de un 30% en la última década, y en 2020 fallecieron más de 5.800 personas en TRS en España, con un aumento también motivado por el virus del SARS-Cov-2. La vulnerabilidad de estos pacientes se ha demostrado muy alta debido a la imposibilidad del distanciamiento y confinamiento social en las primeras olas, y luego con la confirmación de que generan una menor respuesta inmunitaria a la vacunación, en especial, en el caso de los pacientes trasplantados renales
“En España somos excelentes en el tratamiento en las fases avanzadas de la ERC, como lo demuestra nuestro liderazgo mundial en trasplante renal o los altos índices de supervivencia de nuestros pacientes, pero es necesario un mayor esfuerzo en las etapas previas, es decir, en prevención y diagnóstico precoz. Y para ello es necesario un Plan de Salud Renal en España, que recoja todos los esfuerzos y recursos que se pueden destinar para avanzar en las medidas preventivas y de detección precoz, con la colaboración de la Atención Primaria y aunando otras estrategias que también son básicas para mejorar el tratamiento y la calidad de vida de las personas con ERC: por un lado, el fomento de diálisis domiciliaria -con importantes beneficios para los pacientes y para el sistema sanitario-, y por otro, un mayor impulso a la donación de vivo, para así reducir las listas de espera”, señala Jesús Martín.
Por su parte, Vanesa Belmar González, presidenta de ALCER-ÁVILA, asociación de pacientes renales, destaca que “la prevención y fomentar la salud renal, debe ser una de las prioridades de las políticas de salud. Tenemos que evitar que las personas desarrollen enfermedad renal y lleguen a tratamiento sustitutivo renal como la diálisis o el trasplante, pues tiene un alto impacto en la vida social, laboral, emocional y familiar.
Por todo ello, es clave la educación para la salud renal en colegios, universidades y todo el sistema de salud ,mejorando así la calidad asistencial y aumentando el conocimiento en la población general de la enfermedad renal, para mejorar la atención y los cuidados de las personas con enfermedad renal, sus cuidadores y familiares.
Las farmacias de la provincia, en su papel de profesionales sanitarios que además suponen el primer punto de acceso a los servicios de salud, colaboran en el Día del Riñón con ALCER Ávila, tomando las tensiones de manera gratuita en todas las farmacias de la provincia como señala la Presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Inés Barco.