El Rey Felipe VI pronunciaba esta Nochebuena de 2020 su discurso más difícil. La situación de su padre el Rey emérito, fuera de España desde agosto e inmerso en varios procesos sobre sus finanzas y patrimonio, hacía que la sociedad y parte de la clase política esperara un discurso contundente por parte del actual monarca justo cuando asoma un debate sobre la forma de la jefatura de Estado que, según el CIS, pocos ciudadanos cuestionan.
"Me dirijo a vosotros cuando estamos viviendo unas circunstancias verdaderamente excepcionales", ha empezado el monarca que ha enviado a todos los que luchan contra el virus y sus secuelas su mayor ánimo en un "2020 muy duro". "Muchos ciudadanos o familias vivís la angustia del desempleo o la precariedad" o "la tristeza de abandonar un negocio al que habéis dedicado toda la vida". "La situación es grave para aún así tenemos que afrontar el futuro con determinación" y "confianza en nuestro país y nuestro modelo de convivencia democrática", ha afirmado el rey que ha dicho que "ni el virus ni la situación económica nos van a doblegar".
Felipe VI ha reconocido que fuera de la sanidad el gran problema es la crisis económica y "que no derive en crisis social", y ha señalado el nivel "altísimo" de paro de los jóvenes que no merecen pagar la crisis porque "España no puede permitirse una generación perdida". El rey ha pedido "fortalecer el tejido industrial" para la recuperación y el reconocimiento y proteccion a empresas y autónomos "imprescindible para crear empleo".
"Los retos económicos, sanitarios y sociales son grandes, enormes, pero no insalvables", ha dicho el Rey que ha pedido "un gran esfuerzo colectivo en el que cada uno siga dando lo mejor de sí mismo en función de sus posibilidades y capacidades". "Hemos visto el coraje y el nervio de este país, hemos sentido el pulso de esta sociedad que ha mantenido España en pie", ha reconocido.
"Contamos con una sociedad fuerte y con un Estado sólido" ante una pandemia que "nos ha rebelado aspectos que necesitan ser mejorados, pero también nos muestran nuestras fortalezas como estado avanzado". "Nuestra Constitución nos garantiza nuestro modo de entender la vida, nuestra visión de la sociedad y del ser humano, de su dignidad", "una Constitución que todos tenemos el deber de respetar" porque "representa un éxito de y para la democracia".
"Y junto a nuestros servicios democráticos, necesitamos preservar los valores éticos de nuestra sociedad", ha comentado el Rey que ha recordado que ya citó estos principios "que nos obligan a todos y que están por encima de todas las consideraciones y que están por encima de lazos personales y familiares" y "así lo he entendido siempre con el espíritu renovador que ha inspirado mi reinado". "Como Rey yo estaré con todos y parados todos no sólo porque es mi convicción", ha dicho.
El Gobierno, que refrenda cada uno de los discursos de Navidad del Rey, aseguró esta semana que sería "realista" y sin cortapisas y que Felipe VI haría el discurso que toca ahora. El mensaje se ha emitido como siempre a las 21.00 horas, con la 'previa' en TVE de un resumen de lo que ha sido el año para la Casa Real y que no eludía las tres causas abiertas al padre del monarca y la renuncia de Felipe VI a la herencia.
Las palabras de algunos miembros del Ejecutivo tratando de influir en el discurso -de forma muy sutil los socialistas y más directa los de Unidas Podemos- comenzaron tan pronto se despejó otra incógnita que ponía presión sobre el mensaje: la posibilidad de que el Rey 'emérito' regresase a España por Navidad.
Don Juan Carlos salió del país rumbo a Emiratos Árabes Unidos el pasado 3 de agosto en un intento de que las investigaciones a su alrededor no perjudicasen a la monarquía. La perspectiva de su vuelta a España se puso sobre la mesa a principios de diciembre, cuando se conoció que había regularizado una deuda tributaria por importe de 678.393,72 euros correspondientes a ejercicios fiscales posteriores a su abdicación en 2014, es decir, una vez perdida su inmunidad como jefe del Estado.
El pasado día 17 el Rey 'emérito' hizo saber que desechaba la idea de pasar la Navidad en España y lo atribuyó a la situación de la pandemia de coronavirus en España y a su condición de persona de riesgo a sus casi 83 años.
Los fiscales están aún pendientes de confirmar si esa regularización supone descartar la posibilidad de delito fiscal, teniendo en cuenta que se hizo después de que el Ministerio Público notificase formalmente a la defensa de Don Juan Carlos estas diligencias. Lo que se investiga son posibles delitos por el uso tarjetas bancarias con fondos opacos, procedentes de donaciones del empresario mexicano Allen Sanginés-Krause.
Esta línea de investigación sobre gastos realizados con efectivo y que no había sido declarado a Hacienda se une a las otras dos ya abiertas al rey emérito, la primera por posibles comisiones procedentes del AVE a la Meca y que previsiblemente será archivada por no encontrarse indicios que se puedan perseguir respecto del exjefe del Estado, que es aforado ante el Tribunal Supremo.
Las terceras diligencias abiertas respecto a Juan Carlos I, reveladas por la propia fiscal general del Estado, Dolores Delgado, partieron de una información procedente de "inteligencia financiera" e investigan si el ex jefe de Estado tiene 10 millones en una cuenta en la isla de Jersey, un paraíso fiscal. Las investigaciones en torno al 'emérito' --que no está formalmente investigado ni consta contra él ninguna denuncia-- han empañado todo un año en el que la Familia Real ha tratado de hacerse visible apoyando a los afectados por la pandemia de coronavirus y su brutal impacto económico.