El Hogar del Transeúnte de Cáritas de Ávila ha visto crecer su atención a las personas víctima de la crisis de la Covid en el último, con hasta un 250 por ciento más de atenciones, según ha destacado el delegado de la entidad, Antonio Nicolás Marín.
Quienes acuden "al ropero, a la comida y demás son personas que hasta hace dos años llevaban una vida normal, pero que la crisis económica producida por la pandemia los ha colocado en una situación de vulnerabilidad", ha explicado en rueda de prensa.
Los usuarios han sido 254, una cifra similar a las otros años, con una media de 43 intervenciones por persona, pero han aumentado las acciones realizadas en necesidades cubiertas, ha señalado en la firma de un convenio anual con el Ayuntamiento de Ávila, por el que la institución aporta 28.000 euros.
"Esperemos que esta situación vaya reconduciéndose", ha manifestado el delegado de Cáritas, ante el alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, que ha alabado la labor de la entidad.
Estancias más largas
Esta subida se debe, principalmente, a que, a causa de la crisis desatada tras la pandemia, el usuario del albergue se ve obligado ahora a realizar estancias más largas. "Y los que han acudido, lo han hecho en repetidas ocasiones", precisó Nicolás Marín, que enumero que se dieron 2.200 desayunos, 3.128 comidas y 3.025 cenas, y se registraron 2.007 alojamientos.
"Esto es una bestialidad frente a años anteriores". Además de los servicios de alojamiento y de la alimentación prestados en el albergue, el sacerdote citó servicios en materia de formación, reinserción laboral o acompañamiento en el trámite de documentación. "De las 254 personas que pasaron por allí el año pasado, 32 han entrado en un proceso de reinserción", destacó.