Muchas veces tendemos a huir de aquello que no nos convence de nosotros mismos o no nos gusta, de nuestras debilidades. No obstante, si nos esforzamos y lo trabajamos, podemos llegar a gestionar las emociones en situaciones que nos provocan dolor, malestar y estancamiento, seremos capaces de aceptarnos a nosotros mismos y, en el fondo, ser más felices.
"Algo principal como beneficio para nuestra salud es borrar de nuestra mente la dicotomía entre locos y cuerdos. Esa dicotomía nos hace estar al borde del precipicio muchas veces y hay que ser consciente de que el malestar también es salud y si no lo hay no evolucionaré, ni construiré mi vida. Nos guste o no forma parte de la vida. Aceptarlo relaja bastante", arma en una entrevista con Infosalus Jara A. Pérez López, miembro del colegio ocial de psicólogos de Andalucía Oriental.
Con motivo de la publicación de su libro, 'La locura como súperpoder' (Libros Cúpula), la especialista recuerda que nuestra salud mental repercute en nuestra salud física y al revés. "De hecho, el tener un problema de salud mental siempre afectará a la salud física. Creo que de alguna forma el tratar o el preservar la salud mental es básico para mantener una salud física adecuada. El hecho de borrar esa dicotomía entre locos y cuerdos nos ayuda a que las cosas salgan hacia delante", subraya.
Así, remarca que en la actualidad es muy habitual que todos tendamos a huir de aquello que no nos convence, cuando lo idóneo para que todo nos vaya mejor es ensalzar nuestras fortalezas. "Lo que no es agradable no nos gusta a nadie e intentamos evitarlo. El problema es que evitar esas emociones desagradables pasa factura y hace mucho daño a la persona", advierte Pérez López.
Esta psicóloga propone asimilar el concepto de que nuestras debilidades nos hacen más fuertes, es la principal propuesta de tu libro: "El conocerlas nos hace más fuertes porque nos ayuda a gestionarlas. Negar que somos vulnerables o que no existen debilidades nos hace creer cosas que no somos. Es necesario conocer nuestros límites y debilidades, las consecuencias de nuestros actos, para poder gestionarlos. Si soy tímida o me pone mal que me rechacen tendré que aprender a gestionarlo y negarlo no me lleva a ningún lugar".
Por ello, Jara A. Pérez López propone las siguientes pautas para aceptar nuestras debilidades y así hacernos más fuertes:
1.- "Hay que partir de la idea de que no es sencillo, pero estar en contacto con nuestras emociones es bastante positivo, y además el hacerlo no sólo con las buenas. Estoy siendo envidiosa, esto me genera inseguridad, me da muy mala leche esto por ejemplo y el poder analizar, el responsabilizarnos pero sin culparnos para poder gestionarlo", sostiene.
2.- Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso que cada uno vive de forma diferente. "Ánimo mucho, eso sí, a aceptar el fango. Todas las miserias nuestras que no nos gustan. Sólo así podremos gestionarlas y asumir las emociones. Soy envidiosa o compito con mi compañera de trabajo y me hace odiarla", agrega.
3.- Otra cosa muy importante es aceptar que la panacea del completo bienestar no existe. "No siempre estaremos felices. El aceptar que vamos a pasar por momentos malos, y además todos. Todos somos interdependientes y necesitamos muchas veces de los demás para salir adelante. Es clave en la supervivencia", sentencia la psicóloga.