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Los resultados de un estudio mostraron que el 88 por ciento de las mujeres roncaba (591 de 675), pero solo el 72% admitió hacerlo (496 de 675).
Las mujeres tienden a subestimar sus ronquidos, tanto en frecuencia como en volumen, según ha revelado un nuevo estudio sobre adultos que habían sido remitidos para evaluar una sospecha de trastorno de sueño en el Centro Médico de la Universidad Soroka en Beersheba (Israel). Los resultados mostraron que el 88 por ciento de las mujeres roncaba (591 de 675), pero solo el 72% admitió hacerlo (496 de 675).
Por el contrario, los ronquidos reales (92,6%) y los ronquidos autoinformados (93,1%) fueron casi idénticos en los hombres. Además, el estudio, pubicado en el 'Journal of Clinical Sleep Medicine', también encontró que las mujeres roncaban tan fuerte como los hombres, con una intensidad de ronquido máxima promedio de 50 decibelios entre las mujeres y 51,7 decibelios entre los hombres. Alrededor del 49% de las mujeres tenían ronquidos severos o muy severos (329 de 675), pero solo el 40% de las mujeres calicaron sus ronquidos en este nivel de severidad (269 de 675).
"Encontramos que aunque no se hallaron diferencias en la intensidad de los ronquidos entre los géneros, las mujeres tienden a ignorar el hecho de que roncan y subestimar el volumen de sus ronquidos --explica Nimrod Maimon, investigador principal y profesor de la Facultad de BGU de Ciencias de la Salud y el jefe de medicina interna--. Las mujeres informaron que roncaron con menos frecuencia y lo describieron como más suave".
El ronquido es un sonido respiratorio generado en la vía aérea superior durante el sueño. Su intensidad puede variar y con frecuencia llega a perturbar el sueño del compañero de cama. El ronquido es una señal de advertencia común de apnea obstructiva del sueño, una enfermedad crónica que involucra el colapso repetido de la vía aérea superior durante el sueño.
En el estudio participaron 1.913 pacientes, con una edad media de 49 años, remitidos a un centro de trastornos del sueño al hospital universitario para una evaluación. Los participantes recibieron un cuestionario para calicar la gravedad de sus ronquidos. El volumen objetivo de los ronquidos se cuanticó utilizando un medidor de sondeo digital calibrado durante un estudio del sueño que duró toda una noche.
La intensidad del ronquido se clasicó como leve (40 a 45 decibelios), moderada (45 a 55 decibelios), grave (55 a 60 decibelios) o muy grave (60 decibelios o más). Según los autores, existe un estigma social asociado con el ronquido entre las mujeres. Por lo tanto, es posible que las mujeres no respondan de manera conable las preguntas sobre los ronquidos, lo que puede contribuir al diagnóstico insuciente de la apnea obstructiva del sueño en las mujeres.
"El hecho de que las mujeres informaran sobre los ronquidos con menos frecuencia y lo describiera como más leve podría ser una de las barreras que impiden que las mujeres lleguen a las clínicas de sueño para un estudio del sueño", advierte Maimon. Por ello, recomienda a los proveedores de atención médica que evalúen a mujeres para detectar sospecha de apnea obstructiva del sueño que consideren otros factores además de los ronquidos informados por la paciente. Por ejemplo, las mujeres con apnea del sueño pueden ser más propensas que los hombres a reportar otros síntomas como fatiga o cansancio durante el día.