La soledad no deseada, una patología que está incrementándose en los últimos años
La psicóloga María Pilar González informa de las causas de este fenómeno
Las olas de calor que estamos sufriendo este verano pueden llegar a tener un impacto no sólo sobre la salud de las personas sino que pueden afectar al bienestar de nuestras mascotas. Por eso durante estos días de intenso calor es recomendable seguir una serie de consejos para asegurarnos de que nuestros perros no sufren innecesariamente a causa de las temperaturas.
Según ha señalado la veterinaria especializada en rehabilitación de la residencia canina Narub, María García, es muy recomendable sacar al perro temprano por la mañana y tarde por la tarde, portando siempre una botella de agua. En este sentido, García ha enfatizado la importancia de asegurarnos de que el suelo no está demasiado caliente para las almohadillas del perro realizando la prueba de los cinco segundos: probando con la palma de la mano si podemos aguantar la temperatura del suelo más de cinco segundos.
García ha urgido también a los dueños de perros a no dejarlos encerrados en el coche con las ventanas subidas o en la terraza sin agua. En este sentido, la veterinaria ha animado también a asegurarnos de que los animales disponen de un espacio a la sombra y bien ventilado.
La experta en salud animal ha advertido además de que con estas temperaturas los animales pueden sufrir un golpe de calor que en determinadas circunstancias puede resultar fatal. "Ellos tienen unos 38 grados" ha explicado García, "y a veces puede subir hasta los 42 grados con este calor. El animal se puede morir al instante".
Según ha señalado la veterinaria, el primer síntoma de un golpe de calor en un perro puede ser un jadeo excesivo, una respiración forzosa y muestras de nerviosismo y falta de coordinación en el animal. Frente a esta situación la primera medida que hay que tomar es una llamada inmediata al veterinario.
A continuación es importante poner al perro a la sombra y tratar de bajar su temperatura corporal de forma progresiva. Para este fin se deben evitar medidas drásticas como empapar al animal en agua fría o usar hielo.
"Cogemos agua templadita, que no esté ni muy fría ni muy caliente y se la vamos echando en la tripa, en las inglés, en las axilas, que son las zonas que más nos van a ayudar a bajar la temperatura", ha ofrecido García, "pero muy lentamente".
Por último, la veterinaria ha señalado que los perros que poseen un cuerpo chato como el bulldog tienen, de partida, mayor dificultad para respirar por lo que se encuentran en una situación de mayor riesgo durante una ola de calor, así como los .