La Asociación de Amigos del Museo de Ávila visita el Parque Arqueológico de Recópolis

En la localidad de Zorita de los Canes

Edgar Palomo Martín
Domingo, 09, Octubre, 2022

El Parque Arqueológico de Recópolis en Zorita de los Canes (Guadalajara) y la exposición 'Tempus Romae. Madrid encuentro de caminos', abierta en el Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid en Alcalá de Henares (Madrid), han sido los destinos de la excursión cultural realizada por la Asociación de Amigos del Museo de Ávila este sábado 8 de octubre. 

El yacimiento de Recópolis es la única ciudad visigoda conocida en Europa (declarado Conjunto Histórico Artístico en 1946).  Fue mandada construir por el rey Leovigildo en el año 578, para conmemorar la consolidación del poder real y el estado conocido como reino visigodo de Toledo en honor del futuro rey  Recaredo. 

La ciudad de grandes dimensiones fue la única de nueva planta que se levantó en aquella época. Se construyó con espléndidos edificios y siguió un plan urbanístico jerarquizado que la dividía en varias zonas, el palacio, la zona comercial, la zona de viviendas, la muralla y los arrabales. El yacimiento se halla sobre el Cerro de la Oliva. Desde este promontorio el asentamiento, domina la vega del río Tajo, cuyo meandro rodea la ciudad por el norte, sur y oeste. En este privilegiado emplazamiento, los Visigodos ejercían la caza, la pesca, la equitación y la cetrería que tanto les apasionaba.

Recópolis se convirtió en una ciudad muy dinámica, con sus transformaciones y cambios durante época visigoda (S VI-VIII) y de la primitiva época andalusí (S VIII- mitad IX). A mediados del S IX, ya abandonada la ciudad, sus restos sirvieron como cantera para construir la nueva ciudad andalusí de Zorita de los Canes. A finales del S XII, ya consolidada la conquista cristiana, se asienta en lo alto del cerro una comunidad de campesinos que aprovecha las ruinas visigodas y construyen la iglesia y sus viviendas.

La exposición 'Tempus Romae', abierta hasta el 8 de enero de 2023, donde Ávila está presente en varias piezas procedentes del Museo de Ávila, se estructura en cinco áreas expositivas y un epílogo que trazan un recorrido cronológico y temático por los aspectos más relevantes dentro del estudio de la romanización del centro peninsular, según el relato que sirve de introducción.  

Así, se observa cómo bajo la disposición de Roma se vertebró por primera vez el territorio gracias a una red viaria estable y de primer orden con otros lugares del interior. A ello se sumó la aparición de un doble modelo de civitates, los núcleos urbanos de corte clásico como Complutum y los centros comarcales o asentamientos semiurbanos que aprovecharon viejos enclaves como Titulcia o Mantua.

También se muestra un acercamiento a las actividades que Roma realizó en la región como las relativas a la explotación de los recursos naturales de la zona o la reorganización mediante nuevas formas de ocupación rural y la introducción de novedosas técnicas aplicadas a la economía agropecuaria tradicional que permitieron incrementar la riqueza de las ya fértiles tierras carpetanas. 

Finalmente, se exploran las concepciones culturales y religiosas de las poblaciones prerromanas y cómo estas fueron derivando con la formación de la estructura social y la asimilación de las creencias y los hábitos de vida cotidianos de los romanos. En la escala temporal, el recorrido parte desde los nacientes contactos entre romanos e indígenas, hacia el año 195 a. C., y las primeras fundaciones, como la primitiva Complutum en el Cerro del Viso (Villalbilla), para seguir con la manera en la que se produjo la conquista y finalizar en las ocultaciones tardorromanas de Camino de Santa Juana (Cubas de la Sagra) o La Recomba (Leganés). 

De Madrid a Ávila, reza la cartela de las piezas abulenses expuestas, consistentes en un ajuar funerario de cerámica y vidrio, y una fotografía del puente 'romano'· sobre el río Adaja: "Al suroeste de la actual región madrileña, un ramal de la vía 24 se dirigía a Ávila enlazando este núcleo con Titulcia y Complutum. La ciudad antigua como Abila, Abela o Abyla, se asentó sobre un primitivo núcleo vettón ocupado por los romanos durante las primeras décadas del siglo Id d. C. A. Además de los numerosos restos romanos hallados en el centro urbano, destaca su magnífica muralla, pero de indiscutible altoimperial con reconstrucciones datadas en los siglos IV y V d. C.

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