La novela póstuma de Almudena Grandes, 'Todo va a mejorar' (Tusquets), verá la luz este martes 11 de octubre con un futuro distópico en el que un empresario de éxito está al frente de España y aplica un manejo similar al de una empresa, "conduciendo al país a una dictadura insoportable".
"La novela surge de esa desesperación que le daba a Almudena cuando escuchaba eso de que el país se arreglaría con un empresario de éxito. Ella lo lleva al papel y esa situación conduce a una dictadura insoportable", ha explicado el editor de Tusquets y de sus novelas, Juan Cerezo, en la presentación del libro en la Biblioteca Nacional.
El director del Instituto Cervantes y esposo de Grandes, Luis García Montero, ha reiterado esta idea de hablar del "desprestigio de la política convirtiendo el país en un gran supermercado". "Por un lado, recoge una tentación populista de cargarse las instituciones y a los políticos. Por el otro, también sirve de llamada de atención a esas instituciones para recordar que, si se apartan de la gente, pueden ser derribadas en cualquier momento", ha señalado García Montero.
'Todo va a mejorar' ve la luz casi un año después de la muerte de Grandes. García Montero ha explicado cómo ha sido el proceso de puesta en marcha de esta obra, que incluye un epílogo en el que el propio poeta cuenta cómo intervino únicamente para terminar el último capítulo, incompleto tras el fallecimiento por cáncer de la autora.
ESCRIBIENDO HASTA LAS ÚLTIMAS SEMANAS
"Almudena comenzó a tomar notas el 1 de abril de 2020 y el 20 de septiembre recibió la mala noticia del cáncer en un reconocimiento médico. Lo que iba a ser un periodo de preparación de novela se convirtió en una especie de tabla a la que aferrarse a la vida frente a la enfermedad", ha recordado.
"Estuvo redactando hasta unas semanas antes de su fallecimiento, cuando fuimos comprendiendo que no había salida y cada día estaba un poco peor. Se quedó en el último capítulo y ya en una conversación me dijo que no tenía fuerzas y veía el final: me hizo unas sugerencias de cómo acabar y yo no he querido hacer literatura ni imaginar, sino seguir sus indicaciones", ha añadido.
Pese a ello, ha asegurado que nunca se ha barajado la coautoría del libro. García Montero ha avanzado algunas cosas tanto de la novela como de futuros proyectos en torno a la figura de la escritora. Por un lado, ha reconocido que, pese a haber algunos escenarios y nombres reconocibles, la figura del empresario de la novela no la identifica con "una persona real".
NO HABRÁ MÁS LIBROS DE GRANDES
Por el otro, ha avanzado que no habrá "nada más que leer" de Almudena Grandes, pese a que tenía el proyecto de terminar sus 'Episodios de una guerra interminable' con una historia sobre "los topos" de esa época. "En ese proyecto de contar la España de la República hasta la democracia, tenía ya notas de documentación para el siguiente. Pero no había nada más y no tendremos nada más", ha apuntado.
El poeta ha contado una anécdota familiar relacionada con la publicación de esta novela. "Cuando llegó el primer ejemplar a casa, mi hija Elisa fue al cementerio y dejó un ejemplar en la tumba. Me dijo que no sabía si había hecho bien, porque igual alguien se lo llevaba, y yo le dije que seguro que sí. Pero estaría muy bien. Ayer, cuando volví, vi que no estaba y en su lugar alguien había dejado un ejemplar de Pablo Neruda", ha comentado.
Por las páginas de 'Todo va a mejorar' --"una muestra de la personalidad de Almudena, que no era de un optimismo ciego sino de necesidad de mantener las convicciones"-- recorren personajes como 'hackers', periodistas, políticos o empresarios. "Analizó lo que más temíamos en el presente para llevarlo al futuro, y de verdad que uno se asusta cuando ve las semejanzas con lo que está ocurriendo ahora, desde la represión en Irán hasta la que sufren los habitantes de Shangai", ha concluido.