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Las agresiones a los trabajadores de Sacyl acumulan ya un total de 259 sentencias judiciales condenatorias y otras 119 sanciones de tipo administrativo, según los datos actualizados por la Gerencia Regional de Salud a 30 de septiembre de 2022, que han sido analizados hoy en la reunión de la Sección de Agresiones al personal de centros sanitarios del Observatorio de la Comunidad de Castilla y León.
El resumen del Observatorio entre enero y septiembre indica que el número de trabajadores agredidos en Sacyl asciende a 614, en un total de 535 incidentes registrados, frente a los 444 casos del año 2021. El número de trabajadores agredidos en Sacyl en la provincia de Ávila asciende a 74, mientras que en datos de otras provincias de la región Burgos contabiliza 100 agresiones, León 62, El Bierzo 16, Palencia 25, Salamanca 48, Segovia 37, Soria 22, Valladolid Este 134, Valladolid Oeste 54 y Zamora 42.
De esos 614 profesionales agredidos, 352 lo han sido en el ámbito hospitalario, un 57,3 % del total (218 el año pasado). En Atención Primaria se ha registrado 261 agresiones, un 42,5 % del global (frente a 225 de 2021), y en Emergencias Sanitarias no hubo ninguna, por una en las gerencias de salud de área. Así como en 2021 el principal incremento en el número de trabajadores agredidos se produjo en Atención Primaria (+63 %), este año el aumento más importante ha tenido lugar en hospitales (+61,5 %).
Por categorías profesionales, los 614 trabajadores agredidos se distribuyen de la siguiente manera: 177 médicos (162 año pasado), 251 enfermería (161), 94 TCAE (48), 37 celadores (30), 43 personal administrativo (37) y 12 otro personal (6). Por sexos, 89 agresiones fueron contra hombres (el 14,5 %), mientras que 525 (el 85,5 %) fueron contra mujeres, con enfermeras (227) y médicas (127) en primer lugar. Como hecho comparativo, en el caso de los hombres la cifra más alta de agresiones (50) fue en médicos, por 24 a enfermeros. Sobre el total de efectivos de Sacyl, el 1,86 % de los incidentes fueron sobre mujeres y el 1,16 % sobre hombres.
Analizados los datos según el mes del año, el informe revela que julio y agosto son el peor periodo, con 91 y 87 agresiones respectivamente, seguidos de junio, con 74. A pesar de estas cifras, han sido los meses de enero y febrero los que han registrado incrementos mayores (de 27 a 69 y de 33 a 68, respectivamente).
Las agresiones físicas suman 180 del total, frente a 503 que fueron verbales o gestuales. Por ámbitos, hay que destacar que 130 de esas 180 agresiones se han producido en servicios de Psiquiatría (68 de ellas en el Área Este de Valladolid, la mayoría de un mismo paciente), frente a las 54 del año pasado o las 39 de hace dos años. Otras 12 lo han sido en Urgencias, 13 en consulta, 18 en hospitalización y el resto se reparten entre el domicilio del paciente, la vía pública, etcétera.
En cuanto a las causas registradas como posibles desencadenantes de la agresión, el balance enero-septiembre de 2022 indica que en primer lugar se encuentra una disconformidad con la atención recibida, seguida por un trastorno del usuario o por no atender sus demandas. Otras causas que aparecen se refieren a disconformidad con el trato, tiempo de espera o conductas problemáticas y/o adicciones del paciente.
El Código Penal introduce todos los supuestos de agresión, empleo de violencia o amenazas graves sobre el profesional sanitario, reflejando que se considerarán actos de atentado los que se cometan cuando el trabajador se halle en labores de su cargo, en el ámbito de la asistencia sanitaria pública, con penas para el agresor de uno a cuatro años.
En este sentido, la Consejería de Sanidad sigue trabajando de forma permanente con la Fiscalía, a la que se remiten todas las denuncias que se reciben para que sean tipificadas como delito de atentado. Además, se quieren fortalecer los vínculos y protocolos con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, reforzando la colaboración e intercambio de información con el interlocutor policial sanitario, con el que cualquier profesional puede contactar en búsqueda de asesoramiento y pautas de actuación, además de poder recibir formación.