Éxtasis en flor. El cristal de Ofelia

Por Eduardo Blázquez Mateos-URJC

R.C.G.T
Sábado, 24, Diciembre, 2022
Cultura

Ofelia tiene una pecera de cristal.

El cristal de color turquesa, procedente de la isla de Murano, lo realizó Céfiro con su soplo primaveral. la máscara vítrea se dinamiza con flores dibujadas por una sabia jardinera.

La luz maternal arroja energía solar a Ofelia.

El conocimiento íntimo de las creaciones en flor, operan entre símbolos del verdadero amor insinuado en Ofelia, amor platónico desde ella y hacia ella.

Inundado por las aguas, la vestidura mítica de la ninfa aporta una experiencia sublime, identificarse con Ofelia, supone una experiencia ensoñadora, las transformaciones, con acciones vegetales, aportan sentimientos puros.

Bajo la luz arcádica, en cuclillas, oprimo el cuello abatido, logro narrarme el transcurrir de la noche articulada por la rueca ancestral, amasado por la atmósfera irreal del amanecer, se determina el rocío del edén, instante alumbrado por el sueño de la aurora.

Ofelia se adentra en el jardín de Arteaga, creación de Pirro Ligorio por mandato de los Kapuleto, por deseo de los Orsini.

Ofelia se encuentra con Julieta y Romeo en el jardín de Arteaga, las flores están en éxtasis, Ofelia ama a la Naturaleza, es decir, es fiel al amor.

Mientras pasean los tres bajo la pérgola de jazmines, renacen las flores azuladas, señales de esperanzas para los amantes del éxtasis; las transformaciones de la naturaleza se alumbran con Bembo y Castiglione.

¡Encuentros de espíritus de la Naturaleza en flor!

Dentro del hueco del árbol, Ofelia limpia la copa acristalada para alimentar el interior, para nutrir la sequedad de sus pensamientos poéticos.

Las flores cuidan de Ofelia, jardinera regeneradora de páramos, purificadora de aguas azuladas por los jazmines.

Julieta y Ofelia se miran en la fuente, el espejo de las aguas aporta belleza a las damas en flor que, con su marcada vocación estética, inmortalizan el instante con sus lágrimas, se abrazan, se conmueven, se despiden.

La fuerza de cada flor aportará mesura a Ofelia, educada entre fragancias con colores, restaura cada día sus secretos y enigmas para aguardar su momento: su encuentro con su madre.

¡Se ahoga!

Romeo rescata a Ofelia, gracias al poder transformados de las flores y los árboles; se construyen un nido natural para el descanso de Ofelia, que piensa en su supervivencia.

Romeo explica a Ofelia que él ha logrado ser una mujer, su poder transformador se encuentra en la Naturaleza, en su bosque interior. Romeo y Julieta han sido buenos jardineros, es decir, sobrevivirán: Romeo fingirá ser hombre, como Julieta creará la ilusión de ser una dama equilibrada y educada. Se inscriben en el ideario de Castiglione.

¡Ofelia se pierde en el bosque de Romeo, se duerme en el jardín de Julieta!

Romeo brama en los bosques:

?Pecera de Cristal de Errikarta Rodríguez.

Hoy me he despertado, hoy me encuentro diferente. Intuiciones secretas, sé que voy a sufrir. Me miro, desnudez de un cuerpo sagrado, que ansía perdón y comprensión. Sentimiento de cárcel, perro encadenado que ansía libertad, corro desbocado, carrera alocada sin control. Impacto súbito, caigo inconsciente al suelo y me recompongo.

Abro los ojos y miro. Estoy ante un muro de cristal, frío y duro. Recorro todo el perímetro con mis dedos, dándome cuenta qué estoy en una cárcel de cristal. Pecera eterna de este cuerpo desnudo, que solo busca libertad.

Cuerpo de fe y realidad, ser libre que quiere vivir en paz sin más. Vergüenza liberada, honestidad vestida de desnudez. Cuerpo sagrado que contempla a través de esa ventana de cristal. Mundo ansiado que no dejo de pronunciar. Me desnudo cada día frente al cristal, haz lo quieras con él, tómalo, yo te lo entrego?.

-Hamlet entra en escena con la máscara de la Vanidad, Ofelia entra en escena vestida de Flora.

?Frío cristal de Errikarta Rodríguez.

Hoy me acerco a ti vestido por dentro, desnudo por fuera. Hoy me enfrento a ti, tu tacto frío, que eriza mis pezones, me hace estremecer, inclino mi cabeza hacia abajo y suspiro, frio reparador que recorre mi cuerpo. Coloco mis manos desnudas de verdad en tu frío cristal y te admiro.

Reflejo de un ser imperfecto, que junto a ti se hace más perfecto. Me miras, te miro y entramos en un trance que nos eleva girando como torbellino de viento que enreda todo lo que toca. Torbellino arrollador de pasiones desbordadas que, como el agua, arrastra y limpia todo lo que toca. Frío cristal, amigo eterno, que acompaña y arropa en tan malos momentos.

Hoy nos hermanamos, carne, huesos y cristal, todo uno. Simbiosis necesaria de esta imperfección que logra convertirse en otra cosa. Visión necesaria que siempre permanecerá en mis retinas.

OFELIA MIRA SUS MANOS TRANSFORMADAS EN FLORES.

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