Los efectivos españoles de rescate de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y de la Comunidad de Madrid no pudieron aterrizar este lunes en el aeropuerto de Adana, en Turquía, para acceder a la zona afectada por el terremoto y sus vuelos fueron desviados a Anatolia, desde donde esperan poder llegar a lo largo de este martes.
Los miembros de los equipos de emergencias salieron de España este lunes en dos aviones del Ejército del Aire y del Espacio con el objetivo de aterrizar en Adana, puerta del epicentro del terremoto que este lunes asoló parte de Turquía y Siria.
Sin embargo, pese a contar con autorización para ello, no pudieron aterrizar finalmente en Adana tras dos o tres horas sobrevolando el aeropuerto y fueron desviados a Anatolia, según ha revelado la ministra de Defensa, Margarita Robles, en una entrevista en Telecinco, recogida por Europa Press.
Desde allí intentaron acceder por carretera a la zona del seísmo pero fue imposible hacerlo debido a que es un viaje de más de doce horas y muchas de las carreteras están cortadas, además del cuantioso material de rescate con el que viajan. Por ello, esperan poder volar hasta Adana este martes para iniciar inmediatamente las labores de búsqueda y rescate.
Robles ha revelado que si los aviones no pueden llegar hasta el aeropuerto civil de la localidad, "colapsado" por la cantidad de tráfico que soporta, están haciendo gestiones para que puedan hacerlo en la base aérea militar de Incirlik en la que está desplegado un contingente español de 150 efectivos desde hace años junto a una batería antimisiles Patriot.
Una vez en la zona afectada por el terremoto, la ministra ha explicado que lo habitual es que se asigne una zona de trabajo a cada equipo de rescate, aunque ha reconocido que las autoridades turcas están "sobrepasadas" por la situación, con una estimación de más de 10.000 edificios derruidos y una cifra de fallecidos que puede alcanzar los 30.000.
España ha enviado además a la zona dos buques de la Armada, el 'Juan Carlos I' y el 'Galicia' con una dotación de cerca de 500 miembros de Infantería de Marina y servicios médicos, con la previsión de que pudieran hacer además de alojamiento provisional de los rescatados del seísmo.