La Diputación de Ávila ha sacado una campaña estival para concienciar, ayudar, gestionar y prevenir los incendios forestales en las zonas de interfaz urbano-forestal, lugares donde la gestión se vuelve muy compleja y la defensa de las vidas humanas y los bienes materiales prevalecen sobre la protección del monte, condicionando las estrategias de defensa y los protocolos de actuación de los medios de extinción.
Por ello, es imprescindible tener un plan municipal que permita identificar las medidas de prevención y autoprotección ante incendios forestales desde los ayuntamientos para proteger a las personas y los bienes materiales y naturales de nuestros municipios ante el riesgo de incendios forestales.
Los objetivos principales de estos planes de prevención de incendios son: Disminuir la probabilidad de que se produzca un incendio; minimizar los tiempos de detección y respuesta de los medios de extinción; y disminuir la peligrosidad del incendio forestal una vez producido.
Estos planes deben detallar las medidas para que los incendios no se produzcan y los principales ejes de actuación deben ser la concienciación social, con la finalidad de educara la población; el cuidado y planificación de las masas forestales; la limpieza periódica de montes mediante las oportunas labores silvícolas, entre otras.
La Ley 17/2015, de 9 de julio, del sistema nacional de protección civil, establece la obligación de las administraciones públicas de promover, en el ámbito de sus competencias, la realización de programas de sensibilización e información preventiva a los ciudadanos y de educación para la prevención en centros escolares.
Esta guía incluye los planes municipales y que deben ser realizadas por los propietarios de viviendas, urbanizaciones y otras infraestructuras en el término municipal.
El principal objetivo es la organización de los medios humanos y materiales disponibles para la prevención del riesgo de incendio, así como para garantizar la evacuación y la intervención inmediata en un eventual incendio.
El Plan de Autoprotección permite evacuar de forma segura a los habitantes en caso de incendios, salvar las propiedades y luchar de forma eficaz contra el fuego sin poner en peligro la vida de los equipos de extinción. Porque una intervención inmediata y correctamente estructurada y coordinada resulta clave en el control de los incendios forestales, minimizando en lo posible las pérdidas humanas, económicas y ambientales que derivan de éstos.
La Junta de Castilla y León aprobó el pasado 25 de noviembre de 2021 el Plan de promoción de la Autoprotección de Castilla y León, cuya finalidad es desarrollar actuaciones que capaciten en la cultura de la autoprotección al conjunto de la ciudadanía, empresas, entidades y administraciones de Castilla y León, con recursos y herramientas que les permitan hacer frente con éxito a los riesgos derivados de fenómenos naturales, tecnológicos o sociales que puedan irrumpir en el desarrollo normal de la vida, elevando progresivamente el nivel de protección de la ciudadanía en los próximos años.
El interfaz urbano-forestal se produce en áreas donde la población humana y las infraestructuras se encuentran cerca o se entremezclan con el monte. Las casas aisladas en el monte, las urbanizaciones, otras construcciones e infraestructuras, las poblaciones rurales y los bordes de grandes ciudades en contacto con vegetación forestal son ejemplos de interfaz urbano-forestal.
En la actualidad, con el abandono de las actividades rurales, las casas y urbanizaciones han quedado aisladas en el monte y las poblaciones rurales y límites de las grandes ciudades entran en contacto con la vegetación conformando el llamado interfaz urbano-forestal. El contacto o cercanía de la vegetación supone un mayor peligro potencial en caso de incendio forestal, por ello y de acuerdo con la normativa Castilla y León, todas estas viviendas y urbanizaciones deben contar con un Plan de Autoprotección, que contemple las medidas preventivas y de defensa frente a posibles incendios forestales en sus proximidades.
Los Planes Municipales o de otras entidades locales, ante Emergencias por Incendios Forestales, establecerán la organización y procedimiento de actuación de los recursos y servicios cuya titularidad corresponda a la Administración de que se trate, al objeto de hacer frente a las emergencias por incendios forestales, dentro de su ámbito territorial. Se integrarán en el Plan Municipal, los Planes de Autoprotección de empresas, núcleos de población aislada, urbanizaciones campings o empresas con fines de explotación forestal que se encuentren incluidos en el ámbito territorial de aquél.
Las funciones básicas de este Plan de Autoprotección son: Prever la organización de grupos locales de Pronto Auxilio para la lucha contra incendios forestales, en los que podrá quedar encuadrado personal voluntario, para fomentar y promover la autoprotección. Asimismo, especificar procedimientos de información a la población. Catalogar los medios y recursos específicos para la puesta en práctica de las actividades previstas. Y definir las vías de evacuación, así como las áreas de acogida para la población evacuada.
Las infraestructuras de prevención de incendios forestales sirven para reducir la superficie afectada por el fuego, evitando o ralentizando su propagación, de modo que garantice el acceso al incendio de los medios para una extinción terrestre de forma rápida y segura.
Además, se ha de asegurar la disponibilidad y accesibilidad de los recursos hídricos para los medios de extinción terrestres y aéreos; mantener zonas de discontinuidad de combustible que compartimenten el territorio y sirvan de apoyo a los medios en sus labores de extinción; establecer una red de vigilancia que pueda avisar de forma temprana del comienzo de un incendio.
Entre las medidas a tomar, se encuentran tener una franja libre de vegetación al menos 25 metros alrededor de tu casa; señalización de caminos sin salida; que haya al menos un camino de escape en vehículo, acondicionado y limpio todo el año; clarea el arbolado de tu parcela para que las ramas de los diferentes árboles no contacten entre sí y pódalos hasta 3 metros de altura como mínimo; alrededor de los edificios, sólo deberían dejarse las especies más resistentes al fuego (como acebo, encina, roble u olivo); ubica bien los depósitos de combustible y pilas de leña, siempre a más de 10 metros de la vivienda; y revisa y cumple la normativa sobre barbacoas y extrema las precauciones.
