Las once diócesis de Castilla y León encadenan cuatro años de descensos en el número de párrocos, al contabilizar en 2022 un total de 1.602 sacerdotes diocesanos, un 16,1% menos que en 2018, cuando había 1.910, sin contar con los presbíteros vinculados a órdenes religiosas y los extradiocesanos. La diferencia es de 308 curas menos.
Las ordenaciones se cifraron en 53 durante este periodo -con grandes diferencias entre las diócesis-, lo que escenifica la falta de relevo y la crisis vocacional que afecta a España en particular y a Europa en general, según los datos recabados por la Agencia Ical.
La Diócesis de Burgos se posiciona a la cabeza, al registrar un total de 18 ordenaciones; seguida por Ávila y León, con siete en cada caso; Valladolid, con otros cinco; Zamora, Palencia y Astorga, con tres en cada caso; Salamanca, Soria, Ciudad Rodrigo, con dos en cada Diócesis; y Segovia, con una única ordenación.
El problema de la falta de presbíteros (muchos de ellos siguen realizando tareas pastorales tras superar su jubilación) no es único de la Iglesia, ya que se vincula a la falta de vocaciones en la sociedad actual, tanto para el sacerdocio como para otras cuestiones del día a día, señalan fuentes eclesiásticas consultadas por la Agencia Ical, quienes reconocen que es difícil una regresión de este panorama, por lo que es necesario poner en marcha un esquema de cambio ya que de la noche a la mañana no cambiarán esas vocaciones.
Para ello, se apuesta por la restructuración de las unidades pastorales y la puesta en marcha de otras soluciones transitorias, como pueden ser los denominados animadores de la palabra, formados por grupos de laicos y religiosos, para suplir aquellos casos, casi siempre en el medio rural, donde no llega un cura.
Trasladan que los feligreses y la sociedad en general deben hacer un ejercicio para cambiar su forma de pensar y dar un paso más allá en la contribución y colaboración en esta materia. De igual manera que vecinos de muchas localidades de Castilla y León se desplazan a otra población cercana para comprar o realizar trámites, también podría instaurarse la rutina de asistir a celebraciones religiosas o misas a esos pueblos aledaños para evitar la dispersión de las parroquias, añadieron.
Provincias
Por provincias, ninguna se salva de la caída en el número total de sacerdotes, con descenso sucesivos desde 2018 hasta 2022, último año con datos actualizados y disponibles a los que ha tenido acceso la Agencia Ical.
En el caso de Burgos, los diocesanos pasaron de un total de 371, en 2018, hasta los 331 en 2022; igual que en el caso de los sacerdotes de órdenes religiosas, con una bajada de 40 en cuatro años hasta los 107.
La provincia de Salamanca contabiliza 131 sacerdotes diocesanos en 2022, lo que se traduce en un descenso de hasta 30 presbíteros en comparación con 2018. El número de sacerdotes de órdenes religiosos no ha variado y se mantiene en un total de 66, aunque dicha cifra fluctuó durante los años previos.
En el caso de la Diócesis de Ciudad Rodrigo, la cifra disminuyó de 52 hasta 47. No hay presencia de curas pertenecientes a congregaciones religiosas como tal.
Ávila cuenta con unos 127 curas con cargo diocesano, 18 menos que hace cuatro años; así como 54 vinculados a órdenes religiosas.
En la Diócesis de León, el descenso en los curas diocesanos se cifra en 55, al pasar de 233 en 2018 hasta los 178 en 2022; mientras que los religiosos se mantuvieron en cifras similares durante los diversos ejercicios, con 20, uno menos que hace cuatro años.
En Segovia, la cifra en estos cuatro años descendió en diez sacerdotes, hasta los 95 diocesanos en 2022, y ocho religiosos.
En la Diócesis de Astorga se pasó de 214 a 160 curas diocesanos y de 32 a 12 en los religiosos. Por su parte, Palencia redujo de 193 a 178 los presbíteros diocesanos, al igual que los religiosos, de 64 a 41.
Respecto a la Archidiócesis de Valladolid, desde el Departamento de Informática detallaron que la caída es menos significativa que en otras provincias, aunque es notoria, con 29 curas diocesanos menos en el periodo analizado, al situarse en 182. Los religiosos se cifraron en trece menos, de 176 a 189.
En Osma-Soria, los sacerdotes diocesanos pasaron de 101 a 88 en cuatro años, descenso que también sufren los religiosos, con tres menos hasta los 21. La provincia zamorana pasó de 124 a 106 curas diocesanos y de 16 a nueve religiosos.