Otro mal último cuarto sentencia al 4Hotel Postes Ávila Auténtica El Bulevar
Los de Antonio Déniz caen por 89-80 en la cancha de Universidad de Oviedo
El 6 de diciembre de 2003, Ávila y los aficionados al deporte se despertaban con una triste noticia: José María Jiménez 'El Chava' había muerto, un ciclista diferente nacido en El Barraco que fallecía prematuramente a causa de un paro cardíaco en la Clínica de San Miguel de Madrid con tan sólo 32 años de edad.
Profesional durante una década (1992-2002), siempre en la estructura del equipo Banesto, 'El Chava' se ganó desde sus primeras carreras el cariño de la afición por su forma de correr, sobre todo en las etapas de montaña. Siempre apostaba por el espectáculo, sin reservarse nada en cada kilómetro, un estilo sobre las dos ruedas ausente desde hace años en el pelotón internacional.
Aquella manera de competir en cada carrera tenía sus riegos. Como dice el refrán, su desafío en cada etapa podía acabar de dos maneras: o puerta grande o enfermería, por lo que pronto se ganó el apodo de Curro Romero.
"De pequeño, José María Jiménez quería ser torero, hasta que un día probó dar sus muletazos a un perro y recibió un buen mordisco", recordaba el periodista Chema Bermejo en el diario AS. Quizá fue un preludio de aquel niño que finalmente sería un torero sobre la bicicleta.
Nueve victorias de etapa, cuatro premios de la clasificación de la Montaña, un pódium en la General en 1998, la Regularidad en 2001 o ser el primero en ganar en el Anguilru en 1999 en la Vuelta a España; el Campeonato de España de ciclismo en ruta en 1997; y triunfos de etapa en la Vuelta a Asturias, el Dauophiné Liberé y la Volta a Cataluña, carrera en la que venció en 2000 y fue tercero en 1999, fueron algunos de los éxitos deportivos más destacados en su palmarés.
Considerado uno de los mejores escaladores de la historia del ciclismo, José María Jiménez se retiró del ciclismo profesional en 2002 aquejado de una fuerte depresión.
"Me da igual la General, lo que quiero son triunfos", solía decir ante las preguntas de los periodistas, una auténtica declaración de intenciones de la manera de pensar que tenía José María Jiménez cuando estaba sobre la bicicleta. Y es que, como recuerda la leyenda, "El Chava siempre corre".