La nueva Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), de acuerdo con su revisión provisional de 2023, prevé que el Corredor Atlántico mantenga en la red básica, lista para 2030, las terminales intermodales de León y Valladolid. Mientras tanto, Burgos y Salamanca formarán parte de la red global, con horizonte a 2050. Además, estas cuatro capitales se convertirán en nodos urbanos del trazado, que también incluye la Ruta de la Plata y la línea de Palencia hacia Cantabria en construcción. El reglamento, fruto de un acuerdo de la noche entre el Parlamento y el Consejo, con el respaldo de la Presidencia española y la Comisión, busca intensificar los esfuerzos para establecer una RTE-T sostenible y resiliente.
En este sentido, las 430 ciudades principales de la red deberán desarrollar planes de movilidad urbana sostenible para promover un transporte de bajas emisiones. Con respecto a Castilla y León, el nuevo reglamento contempla cuatro nodos urbanos en la Comunidad, así como la inclusión en la RTE-T de sus cuatro aeropuertos. En cuanto a la red básica, y para ser operativa en 2030, se contemplan las terminales intermodales de León y Valladolid, mientras que Burgos y Salamanca estarán en la red global. Por otro lado, el reglamento recoge las líneas ferroviarias desde Madrid hacia Ávila y Valladolid, y desde aquí a Palencia, León, con salidas hacia Asturias y Galicia desde El Bierzo, así como desde la frontera portuguesa de Salamanca a Burgos y el País Vasco. Además, se incluye como red básica extendida (2040) en construcción la línea desde Palencia hacia Cantabria, y en la global el tramo entre Astorga (León) y El Bierzo, y entre Burgos y Miranda hacia Logroño.
La Ruta de la Plata también figura en la red global, como la línea desde la capital hacia Medina del Campo, Zamora, Puebla de Sanabria y Orense. En cuanto a los corredores ferroviarios de pasajeros, se incluyen las líneas de alta velocidad desde Madrid a Valladolid, Burgos, León y Asturias o Medina del Campo a Salamanca, como también hacia Zamora y Galicia. Asimismo, se incluye la Ruta de la Plata, la construcción de un nuevo tramo entre Astorga y El Bierzo, y entre Palencia y Santander. Por su parte, las carreteras recogidas en el reglamento son la Autovía de Castilla (A-62) en la red básica, la Autovía del Norte (A-1) entre Madrid y Burgos, la Autovía del Noroeste (A-6), la Ruta de la Plata (A-66), la de las Rías Bajas (A-52), la A-50 (Salamanca-Madrid), la AP-66 (León-Asturias) o la A-73 (Burgos-Aguilar). Además, se incluyen dos tramos de la Autovía del Duero (A-11) entre Tordesillas y la frontera portuguesa, y la A-65 entre Palencia y Benavente (Zamora).
Para garantizar la finalización oportuna de la red (para 2030 para la red central, 2040 para la red central extendida y 2050 para la red integral), este acuerdo, según fuentes de la Comisión, incluye una mejor gobernanza, con, por ejemplo, proyectos ejecución para los principales tramos transfronterizos y otros tramos nacionales específicos a lo largo de los nueve corredores de transporte europeos.
Además, Bruselas entiende que esto, junto con una mayor alineación entre los planes nacionales de transporte e inversión y los objetivos de la RTE-T, garantizará la coherencia a la hora de establecer prioridades para infraestructura e inversión.
El acuerdo político alcanzado anoche debe ahora adoptarse formalmente. Una vez que el Parlamento Europeo y el Consejo completen este proceso, las nuevas normas se publicarán en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrarán en vigor 20 días después. El lanzamiento de la nueva RTE-T y sus nueve nuevos corredores de transporte europeos será un tema clave en los Connecting Europe Days que se celebrarán en Bruselas del 2 al 5 de abril de 2024 y que supone el evento tradicional de la movilidad en Europa.
