Miércoles Santo sin procesiones

La meteorología obligó a suspender todos los desfiles procesionales en Ávila

Javier Ruiz-Ayúcar
Jueves, 28, Marzo, 2024
Semana SantaNoticias 24 horas

La Semana Santa de Ávila, declarada de Interés Turístico Internacional, vivió ayer un Miércoles Santo sin procesiones, ya que las adversas condiciones meteorológicas obligaron a suspender las dos procesiones previstas por la tarde y la noche, así como la de la pasada madrugada.

Esta última, la denominada procesión de la Madrugada, que debía haber salido a las 2.00 de la mañana de la capilla de Mosén Rubí, situada en pleno casco histórico de la capital abulense, no pudo procesionar por las calles del centro de la ciudad.

La decisión fue adoptada por la Hermandad del Santísimo Cristo de las Batallas debido a la amenaza de lluvia y las fuertes rachas de viento reinante en los momentos de la salida.

Este desfile procesional, junto al Vía Crucis Penitencial de esta madrugada en torno a la muralla -5.30-, es uno de los más emblemáticos de la Semana Santa de Ávila, destacando la pequeña imagen del Santísimo Cristo de las Batallas, una talla del siglo XV, que acompañaba a los Reyes Católicos en las contiendas.

La suspensión de esa procesión se sumó a la de los otros dos desfiles previstos el Miércoles Santo, el del Silencio, que tenía que haber salido de la iglesia de San Nicolás a las 20.30, y el del Cristo de las Batallas, que con la imagen moderna, fechada en 1963, solo pudo acercarse a la puerta de la iglesia románica de San Pedro, donde se encontraban decenas de fieles esperando su salida.

La procesión del Silencio, a la que asistió el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, tampoco pudo abandonar la iglesia de San Nicolás, ya que ante las adversas precisiones meteorológicas, la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias optó por suspender un desfile que, partiendo de la zona sur de Ávila, debía llegar a la Catedral, en pleno casco histórico.

A la suspensión de estas tres procesiones se añadieron las dos que tampoco salieron en la noche del Martes Santo -Miserere y Medinaceli-, así como a la de La Estrella, que solo pudo realizar la mitad del recorrido, ya que la lluvia y la nieve obligó a que sus dos tronos se refugiaran en la Catedral de El Salvador.

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